Pascual Mezquita y la Escuela Taurina de Zamora


Un día del mes de Septiembre su compañero de entrenamiento y buen amigo Ángel Juan Moreno “Peresque” le comentó que había oído una conferencia sobre toros en el Casino de Zamora, departida por el abogado y gran aficionado D. Manuel Martínez Molinero, en la cual diserto sobre la conveniencia de crear una escuela taurina, a lo cual él estaba dispuesto, para así acoger y enseñar a todos los “maletillas” y aspirantes a toreros, y que no estuvieran expuestos a los peligros del hambre y acabaran siendo personas sin ningún provecho, que se hundían en la golfería y en la delincuencia terminando por ser “carne de trena”.

Se animaron mutuamente los dos amigos y fueron al Casino a hablar con D. Manuel Martínez Molinero, que era un hombre adelantado a sus tiempos, para proponerle la creación de una escuela taurina en Zamora. Este los recibió con mucho entusiasmo y agrado, y les concluyo la conversación diciéndoles: que si juntaban una docena de chavales que quisieran ser toreros, montaría la escuela en su misma casa.
Aquel de la Escuela Taurina era un proyecto ambicioso, con un completísimo plan de formación.Aparte de las clases de toreo de salón y otras pruebas ante vacas y novillos, estaban las clases teóricas donde se explicaba la historia del toreo, anatomía del toro, los terrenos.Además de todo ello, siempre tuvo en cuenta las cuestiones relacionadas con la ética, la moral y el civismo.
A los pocos días, Mezquita y “Peresque”, ya habían juntado a trece chavales, y así se lo comunicaron a D. Manuel, el cual les dio una fecha para primeros del mes de Octubre para reunirse en su casa y fijar todas las condiciones y los preparativos para inaugurar la Escuela Taurina de Zamora, de D. Manuel Martínez Molinero. Y así, en esa fecha empezaron las clases, las teóricas en un amplio salón del bajo de su casa y las prácticas en la plaza de toros de Zamora, de cuyos dueños los Srs. Cacho consiguió el permiso.

En los días anteriores a la inauguración, D. Manuel se ofreció a hablar con los padres de todos los chavales que así se lo pidieran, en principio para contar con su autorizaran para asistir a la escuela y en segundo lugar, para convencerlos de que esta era la mejor manera para encauzar a un hijo que tuviera las pretensiones de ser torero y así tenerlo recogido y en manos de una persona responsable y con prestigio tanto cultural como social.
Ángel Pascual Mezquita así se lo pidió y sus padres al ver tan buen y formal planteamiento le dieron su conformidad, quedando toda la familia mucho más tranquila, aunque con la consiguiente preocupación, por elegir tan difícil y arriesgada profesión.

El invierno de 1964-65, todos los días a las siete de la mañana comenzaban los entrenamientos en la plaza de toros, con ejercicios físicos, toreo de salón, banderilleando en el carro o entrándole a matar, todo ello dirigido por D. Manuel, que le puso una gran ilusión a esta obra, y que fue muy bien acogida por los aficionados y las gentes zamoranas, por el ambiente taurino y humano que los alumnos, que pronto sobrepasaron el número de cuarenta, imprimían por toda la ciudad, ya que todos ellos al acabar el entrenamiento a las ocho y media de la mañana, se incorporaban a sus trabajos en las distintas empresas de la capital.

Por las tardes a partir de las ocho se impartían las clases teóricas en la casa de D. Manuel, desarrollando y comentando la lidia y sus vicisitudes por tercios, querencias, etc. en un ruedo que D. Manuel había pintado sobre una pizarra, en la que nos explicaba las distintas reacciones del toro y las posibles y variadas soluciones .No existía ninguna otra en España, pues, creemos que incluso la de Pedrucho de Eibar, en Barcelona, ya había cesado en sus actividades, por lo que acudieron a Zamora muchos aspirantes a torero de toda España, de entre los alumnos que pasaron por la Escuela de Zamora, todos resultaron serios aficionados, algunos de ellos, con la suerte de haberse podido dedicar profesionalmente al mundo del toro, destacando además del maestro Pascual Mezquita, Félix López “El Regio”-afamado matador palentino- así como Enrique Martín Arranz,-apoderado de grandes figuras del toreo-, también llegaron jóvenes universitarios de otras provincias, entre ellos un alemán licenciado en ciencias políticas “con título de Barón” , siendo visitada en más de una ocasión por el maestro zamorano Andrés Vázquez, que era un espejo para los alumnos por su lucha, su pundonor y sus triunfos por todas las grandes ferias con el más puro arte belmontino.
Molinero se preocupaba de que los chavales que llegaban a Zamora y que por sus escasos recursos económicos dormían en la estación del tren, lo pudieran hacer dignamente en posadas que existían en la calle de Los Herreros.Molinero incluso les adelantaba dinero(cuarenta duros de los de entonces), mientras les facilitaba el encontrar trabajo, algunos de ellos en la central lechera” Riespri”, también como albañiles, a las ordenes del señor “Pepe Botero”, trabajando en la reconstrucción de la plaza de toros.Igualmente Molinero, puso a su disposición de los chavales a su hermano Lorenzo, practicante en la clínica de D.Constantino Casaseca, que asistía a los tentaderos y atendía entre los jóvenes las cuestiones de salud

Esa primavera varios alumnos, entre ellos Ángel P. Mezquita, asistieron a dos tentaderos, uno en la finca de Torremur en las tierras de Sayago del ganadero D. Onofre San Miguel, donde estaban tentando el matador de toros José Luís Barrero y el famoso novillero Víctor Manuel Martín. Y otro al que acudieron todos los alumnos de la escuela, en la finca de La Granja de la Guareña, propiedad de los extraordinarios ganaderos vallisoletanos, Hermanos Molero: Pepe, Luís y Tere, que les encerraron seis becerras y a las que torearon todos a placer, en una soleada tarde abrileña., entre los que asistieron además de Pascual Mezquita está “El Chino”, Julio Justo “El Sanabrés”, “El Niño de las Monjas”, los hermanos Ángel Juan y Ramón “Peresque I” y “Peresque II”, José Luis Maderal, Felipe Alejandre…(foto de blog: primer tentadero en el que participó la escuela.Finca de los Hermanos Molero en Badillo de la Guareña.)

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