En bilbao era la cita.22/08/1988


Allí, donde el toro-toro,-que es el que da y el que quita-volvió a relucir el oro puro de Pascual Mezquita, un torero que no estaba en el candelero, vete tú a saber por qué.....

La gente no se ha enterado:un gran matador de toros.Ahora lo sabe la gente.

Con él, en un buen cartel, Espartaco y Litri, enfrente, mejor dicho frente a frente....

Y el triunfo fue para él.Bilbao.Estaba un torero tan bueno como el primero herido(Ortega Cano) y Pascual Mezquita fue en su lugar......Margarita de sí, del no; burladero de la larga y honda espera.....

Y de pronto , se destapa.La ocasión a toma y daca...

Se preguntaban las gentes....Remordido, entre los dientes, el canesú de la capa...

Y el triunfo.Era natural.Un torero que pasaba..y la gente ni miraba...

Ahora dirá que es genial, que ya se lo imaginaba...

Por la puerta grande...Con la ovación del corazón del público...

En candelero, que le llegó su ocasión...

Dejenle paso a un torero.

¡CUIDADO ! AQUÍ HAY TORERO Y POR CIERTO MUY BUENO

30-08-1970
Peñaranda de Bracamonte
Cartel:
Marcelino
Pascual Mezquita
El Niño de la Capea

Antes de nada nada hay que distinguir dos cosas:lo que Mezquita hizo, todo ello muy torero, y lo que le hicieron hacer o dicho de otra forma" intereses".


En su primero, un toro con mucho respeto consiguió derechazos mandones.Nueva serie de derechazos inmensos.Naturales, afarolados, pases de pecho, toreros, muy toreros.El toro se quedaba y de aquí el gran mérito que tuvo su faena pues lo supo aguantar y llevar bien, muy bien.Alargó la faena mucho y el toro ya no se quedaba, sino que " no iba".Terminó con estatuarios y estocada hasta la bola.El toro-no sabemos por qué-, fue aplaudido, y Mezquita que había brindado a Paco Pallares recibió las dos orejas y dió dos vueltas al ruedo, la segunda de ellas sin que nadie se la pidiera.


En el séptimo que recibió con una larga cambiada de rodillas y que luego llevó a los caballos con chicuelinas.Perdió la oportunidad de convertirse en el triunfador de la tarde.Realizó una fase preparatoria de la faena muy torera.Todo lo que hacía llevaba el mismo sello: "auténtico", derechazos con buena planta muy limpios, naturales que desmerecen un poco al lado de lo anterior.Adornos afarolados y cuando tenía ganadas las orejas, alarga la faena de tal modo que el público le grita, pero no importa, Mezquita continúa delante de la cara del toro sin sacar un solo pase.Cuando ya "no hay toro, entra a matar y suena un aviso-¡lógico!-pinchazos y otro aviso, al fin mata y recibe ovación que se convierte en bronca cuando le "obligan"-Mezquita no quiso- a dar la vuelta al ruedo.Todo lo que hizo de bueno lo perdió por culpa de quien le obligó a dar la vuelta.