A pascual Mezquita muchos le han encasillado en el Norte, muy al Norte.Otros le han dejado en Zamora, y bastantes, en Valladolid.Lo interesante es decir que Mezquita no parece , a primera vista un torero del Norte.Y cada día lo parece menos, si es que alguna vez lo ha parecido.En sus últimasa actuaciones en Madrid , hemos observado en él una preocupación estética demasiado profunda.Esto le puede valer , por un lado, para imprimir más belleza a su toreo, pero le puede perjudicar , por otro, al manifestarse en la plaza de una manera que no es la suya, que no siente en continuidad, es decir que el posible arte se puede convertir en segura afectación, que la inspiración puede dar paso al mecanismo y que lo falso puede poderle a lo verdadero.
Mezquita es uno de los poquísimos novilleros-¡vaya mérito o vaya inteligencia!-que no se ha precipitado al escalafón superior.Por eso, por las temporadas que lleva de novillero, ha adquirido un sólido oficio, hasta tal punto que nos parece uno de los aspirantes a la alternativa, más maduros y sazonados, lo que puede llevarle al éxito.Como torero del Norte, tiene más valor que arte.Quizás el mayor mérito de Mezquita sea continuar con un valor muy seguro, después de tantas cornadas, no salía de una cornada y se metía en otra.Sin embargo, nadie que le haya visto en las Ventas podrá decir que el valor lo ha perdido.Continúa siendo el mismo.Mezquita nos asombró por el valor derrochado en su presentación en Vista Alegre.
Mezquita es más torero de valor que de arte.Al principio se preocupaba de mostrar su valor, pero ya ha pasado demasiadas pruebas de sangre y no tiene que probar nada.Ahora su tranquilidad, su madurez, están dejando paso al arte.Hace las cosas más tranquilo, más en su puesto, más perfeccionadas.
Como otras promesas, se preocupa por la variedad.Con el capote, intenta las largas cordobesas para dejar al toro en suerte para el primer tercio.Este es otro mérito para anotar en su haber.
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