Un torero en la Universidad

Miércoles 17 de febrero de 2010 .La Gaceta de Salamanca.
FOTOS BARROSO
Después de que en 2003 se retirara profesionalmente del toreo tras cumplir los 55 años, Pascual Mezquita se matriculó en Geografía e Historia para graduarse cuatro cursos después; ahora trabaja en una tesis doctoral sobre la “naturalidad del toreo”
VIvió época dorada al salir lanzado de Vistalegre (Madrid) como novillero al inicio de los 70, donde compartió cartel con toreros como Manzanares, Galloso, Capea, Robles... Tomó la alternativa, y la lucha en el ascenso a la gloria se vio frenada pormúltiples percances que le impidieron lograr continuidad y su ansiado despegue. No cesó un instante en una profesión que , y sigue siendo, una pasión. A finales de los 80 llegaron dos tardes clave, una Madrid en la que se quedó con cinco toros en solitario por las cogidas de los compañeros, y la puerta grande en Bilbao, que tampoco sirvió. Luego llegaría la etapa de sobresaliente previa a la jubilación y a la entrada en las aulas de la Facultad.
PASCUAL MEZQUITA buscó en la Universidad el refugio para albergar y llenar de ilusiones el vacío que dejó el toreo cuando le llegó el momento de la jubilación. A los 55 años, tras finalizar la temporada de 2003, colgó definitivamente el vestido de torear y se matriculó en la Universidad de Salamanca en busca de seguir creciendo ya no como torero, sino como persona: “La facultad sirve para cultivarte, darle sentido y contenido a la vid”, explica Ángel Pascual Mezquita, que sigue paseando el porte de torero, esa identidad prácticamente perdida y que no hace tato tiempo les convertía en seres diferentes y personales:Ha cambiado a la filosofía de la vida “ y eso ha hecho que todo esté muy globalizado. Ahora por la calle no distingues ni a un cura siquiera”, afirma quien se siente un romántico, fiel a sus principios y torero por encima de todo, sigue toreando cada día de salón y viviendo en torero. ¿Mejor con los libros o con la muleta?: “Con la muleta siempre, sigo toreando de salón cada día, cada día intento perfeccionarme, aunque no lo haga efectivo, moralmente es mi ilusión”.
Toros y Universidad. Historia y tradición.Presente y futuro. Todo se une en uno de los puntos candentes y polémicos la actualidad: El debate sobre el futuro de la Fiesta, sobre el que Pascual Mezquita afirma sin pelos en la lengua, con argumentos, razonamientos y buenas dosis de razones: “A quienes pretender prohibir la Fiesta los mandaría a la faculta de Historia. La Civilización empezó a progresar en el neolítico cuando las poblaciones se sedentarizaron y se creo la agricultura y se domesticaron los animales, en el s. V y IV antes de Cristo los griegos decía que no se podía humanizar a los animales. Ahora queremos volver a prehistoria.Es una falta de base y fundamento que sólo la veo guiadas por su egoísmo político y personal que van en contra de la sociedad y la cultura de los españoles”.
Ángel Pascual Mezquita (Barakaldo, 1948), muy pronto se trasladó a Zamora, Carbajales de Alba concretamente, adonde el mundo de las capeas y los toros en la calle le acrecentaron un veneno que ya traía metido en el cuerpo de Bilbao, donde vio toros por primera vez de la mano de su padre y su abuelo. De muy joven se vino a Salamanca
a vivir para estar en contacto con el toro, prepararse y entrenar para conseguir la gloria del toreo, comenzado en tentaderos, capeas: “Antes era todo más romántico, llegar a conseguir cosas en la vida era mucho más difícil, la economía era más baja y la altura social atraía más que ahora”,comenta y matiza: “El nivel de vida tan bueno que tenemos ahora ha quitado el espíritu de lucha sacrificio y romanticismo”.
Estando en la tapia de un tentadero en casa de Bernardino García Fonseca le llamaron para sustituir 24 horas después a Blas Romero “El Platanito” en la plaza de Vistalegre de Madrid. Así debutó con picadores, abrió la puerta grande y su nombre se disparó en la etapa de novillero de 1970 y 1971. Llegó la alternativa el año siguiente en el que firmó unos prometedores primeros años, pero las continuas cornadas hicieron se perdiera continuidad y regularidad y su nombre se fuera esfumando poco a poco. La paciencia y la dedicación fueron sus principales armas y principales valedores, pero no fue hasta finales de los 80 cuando da otro serio toque de atención en Bilbao, donde abrió la puerta grande pero apenas le sirvió para repetir otra tarde en
esa plaza y poco más.
Marchó a México en busca de nuevos estímulos que no encontró, aunque afianzó una profunda amistad con Jesulín de Ubrique que le abrió una nueva etapa en su vida: la de sobresaliente.Le ofreció torear con él en varias corridas de seis toros que tenía previstas en 1995 y ahí navegó en los últimos ocho años en activo antes de la jubilación. Una etapa de la que se siente orgulloso pero que no recomienda: Es muy duro, ingrato, muy difícil.
Muchas veces cuando vuelves al hotel te sientes muy mal, vas a la plaza con todas las consecuencias y te vuelves sin dar un capotazo; eso es muy duro y desagradable”, afirma Pascual Mezquita, que actuó como sobresaliente en las principales plazas y junto a las primeras figuras del momento,el propio Jesulín de Ubrique, Joselito, Manuel Caballero, El Juli: “Es un tema muy delicado, te pueden encasillar. No lo recomendaría, son cosas personales y hay circunstancias difíciles en las que hay más remedio que aceptar para vestirte de luces. Recomendable no es, pero respetable sí”, matiza.
Así estuvo hasta 2003, año en el que se jubila y llega la etapa de la Universidad:“Es otro modo de vida distinto. Siempre he estado preocupado
por saber y perfeccionarme, me vino muy bien, no lo he llevado como un castigo, sino como un premio. Poder tener en la Facultad todo a tu disposición, las instalaciones, los profesores... para mi que he luchado en el toro y en la vida era como un regalo, no comprendo que muchos jóvenes lo vean como una obligación. Fue un cambio total y el contacto con la juventud te da frescura y aliciente a tu vida”.
Una vez acabada la Licenciatura,logró el grado de doctor; y a partir de ahí buscó un doctorado para vincular la carrera con el tema taurino. Y realizó la tesina sobre la formación de los toreros, entorno y ámbito cultural. En ese profundo estudio descubre todas las formas en las que han ido surgiendo los toreros desde que el siglo XVIII se establece el toreo a pie hasta la actualidad.
Pero no descansa, sigue alternando muletazos y lances al viento en busca
de esa faena mágica e imaginaria que nunca encuentra el final perfecto, con las sesiones de estudio e investigación con una tesis doctoral que trata sobre la ética natural del torero, un estudio histórico y filosófico del tema taurino.Ese es una de las razones de sus ilusiones y de sus desvelos, de los sueños e inquietudes de un torero que encontró el perfecto aliado en la Universidad para llenar el vacío que produce el miedo del traje de luces.

















































































































































































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