Triunfo del debutante Mezquita en Vista Alegre




Feliz presentación de Pascual Mezquita

Cortó dos orejas , y Roberto Piles, una

Interesante novillada en la fría , pero soleada tarde dominguera del 1 de marzo de 1970, con novillos de Román Sorando, para los espadas Manuel Ortiz(silencio y silencio), Roberto Piles( palmas y oreja) y Pascual Mezquita(aviso con vuelta y orejas)

El nombre de "El Platanito" "se cayó" del cartel, pese a estar anunciado.En sustitución se presentó un chaval-Pascual Mezquita-nacido en Baracaldo, que constituyó apenas se abrió de capa , una feliz revelación.

El joven novel que hacia su presentación con picadores, demostró tener personalidad, y sentido del temple, sabe adornarse con gracia, y a la hora de matar hace la suerte con entrega y oficio.


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Pascual Mezquita, se estiró en unas verónicas clase extra, ganándole terreno al novillo en cada lance , con remate ajustadisimo.De ahí para adelante, toda la labor del debutante, que ya había recibido al novillo con dos largas cambiadas con gran valor, fue un continuo aplauso popular.Sus muletazos largos, llevando la embestida con la muleta planchada , y una serenidad extraordinaria de quien sabe lo que hace, toreando con gusto, sin descomponerse en ningún momento.Mató de una estocada, y seis descabellos, con aviso, lo que le privó de las orejas, pero fue muy ovacionado en la vuelta al ruedo.En el segundo enemigo de su lote, Pascual Mezquita lo recibió con la muleta, de rodillas y citando por dentro, para sacar la embestida en un pase cambiado.Fue una faena al sexto novillo de altos vuelos, con tandas ligadas y muy sobrias, rematada guapamente con la tizona.Todo tan bueno que , pese a los cuatro descabellos, le fueron concedidas las orejas del bravo novillo.

Pascual Mezquita demostró sobradamente sus cualidades, que sabe andar, que ha toreado muchas vacas, lleva los novillos al caballo con el aire inequivoco de quien ha hecho bastantes tentaderos, con un valor y una serenidad impropia de quien se presenta por primera vez con caballos y, al fin y al cabo, ante un público tan temido como el de Madrid.


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